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Ciudades Coloniales de México Para Visitar Por su Arquitectura

México tiene una de las herencias culturales más interesantes, atractivas, coloridas y complejas del mundo. Los pueblos indígenas que habitaron sus tierras antes de la conquista española desarrollaron civilizaciones extraordinarias, con conocimientos muy avanzados en ciencias, artes y hasta tecnología, e hicieron importantes contribuciones al conocimiento universal, entre ellos la arquitectura.

Con la llegada de los españoles a este nuevo mundo, se introdujeron elementos clásicos y moriscos propios de la Nueva España en las construcciones, y con ello, se inició la edificación de casonas, grandes templos y conventos principalmente.

La mezcla de influencias decorativas entre indígenas y árabes plasmadas en los edificios convertidos en lienzos, crearon una de las expresiones arquitectónicas más bellas del mundo: el churrigueresco, un estilo que incorpora esculturas talladas y policromadas donde se manifiesta el arte con brillantes colores y exquisitas formas.

Este barroco novohispano que surge en el siglo XVI y que se prolonga hasta el siglo XVIII es reconocido a nivel mundial. Ejemplos de esta arquitectura se pueden ver en el Altar de los Reyes de la Catedral de la Ciudad de México, la Capilla del Rosario en la Iglesia de Santo Domingo en Puebla, la Iglesia de Santa Prisca en Taxco, la Iglesia de San Francisco Javier en Tepotzotlán y por supuesto en el Templo de Santo Domingo de Guzmán en Oaxaca.

Las ciudades coloniales en México no sólo ofrecen estos maravillosos templos y conventos, también brindan una atmósfera especial con sus callejuelas, plazas, jardines y rincones llenos de historias y leyendas inigualables.

Si vamos a hablar de la arquitectura y ciudades coloniales, es importante comenzar por la Ciudad de México, ya que no solamente resalta por sus construcciones de casas, catedrales, iglesias, calles y edificios la cual fua catalogada como Ciudad Patrimonio desde 1987.

La Colonia trajo consigo profundas modificaciones en la vida del México antiguo, desde la lengua, la jerarquía y las clases sociales, las prácticas religiosas, las expresiones culturales y hasta el trazo de la ciudad, son sólo algunas de las características que cambiaron durante este periodo, en lo que solía ser Tenochtitlán.

La arquitectura que trajeron consigo los conquistadores y el nuevo pensamiento provocó que se dejaran a un lado las costumbres indígenas y se adoptará el estilo europeo.

Ciudad de México

La etapa colonial fue una de las más influyentes en la arquitectura mexicana. A esta época también se conoce como el periodo del Virreinato, da inicio en el siglo XVI, con la caída de Tenochtitlán y la fundación de la Nueva España. Durante estos 300 años (de 1521 a 1821), la capital fue revestida con un nuevo tono: el europeo.

Colonias como la Roma, sirvieron como asentamiento de la clase alta de la sociedad de aquel entonces, donde su pueden observar edificaciones suntuosas, elegantes y callejones. La avenida Álvaro Obregón es una representación directa de los bulevares parisinos o europeos, y casi todas sus construcciones cuentan con detalles coloniales en sus fachadas.

Coyoacán sin duda, es otro de los barrios más pintorescos y culturalmente activos de toda la Ciudad de México. Esta zona cuenta con diversas iglesias o templos religiosos, construidos durante la Colonia durante la evangelización. Ahí se construyó el primer Ayuntamiento de la Nueva España. Y es sin duda, una de las zonas con mayor encanto arquitectónico debido a sus haciendas y callejones construidas hace años.

Muy cerca de ahí, se encuentra el barrio de San Ángel, el cual cuenta con casonas, plazuelas y jardines coloniales. Algunos inmuebles de la zona tienen un valor arquitectónico sin igual. Ahí se construyeron los conventos del Carmen y San Jacinto, dos referentes claves de la arquitectura colonial. Mientras que muchas familias acaudaladas construyeron haciendas y casas de campo, que hoy por hoy definen la realidad estética del barrio.

Zacatecas

Desde 2019 la ciudad de Zacatecas resultó ganadora en la categoría de la Mejor Ciudad Colonial.  Su bella arquitectura radica en los cuantiosos edificios construidos de cantera rosa y sus extraordinarios ornamentos.

Se le conoce también como la ciudad con «Rostro de cantera y corazón de plata», y es una de las diez ciudades mexicanas que han sido distinguidas como Patrimonio de Mundial por parte de la UNESCO, en virtud de su valioso patrimonio cultural colonial.

A diferencia de otras ciudades coloniales, Zacatecas, debido a su ubicación en un (tipo valle), tiene una calle principal (Av. Hidalgo) que corre de sur a norte a través del centro de la ciudad; comienza en el sur pasando por abajo de un bello acueducto de la era colonial y continúa hacia el norte por la Plaza de Armas, después por el centro y al final por el Ex convento de San Francisco (hoy el museo “Rafael Coronel”).

El paseo por esta ciudad ofrece la experiencia de vivir una época pasada, pues se ha quedado contenido en la magia de sus edificios, sus callejuelas, sus puertas, en los sonidos de las campanas de sus iglesias, en los largos y silenciosos pasillos de sus monasterios y en sus múltiples historias.

San Miguel de Allende

Esta ciudad también es Patrimonio de la Humanidad y tiene el don de ofrecer una atmósfera de vida provincial, pero con el mayor lujo y confort.

Al caminar entre sus calles, le da la sensación al visitante de entrar a una cápsula del tiempo, donde se levantan las torres neogóticas la Parroquia de San Miguel Arcángel, labrada en cantera rosa.

A su alrededor, se extienden calles empedradas con casonas coloniales que se hoy en día están convertidas en restaurantes, hoteles, galerías de arte o museos. También ofrece la oportunidad de visitar varios museos, como el Museo de la Máscara, el cual cuenta con una exhibición de máscaras ceremoniales y ancestrales.

Oaxaca

La arquitectura colonial del estado de Oaxaca forma uno de los conjuntos más ricos, originales y notables del tesoro artístico de México, su referencia son las fachadas de los edificios construidos en la época colonial, puesto que en ellas se concentra la mayor riqueza ornamental y creativa de ese periodo.

Los frailes dominicos que llegaron en 1526 construyeron sus templos y convento en territorio oaxaqueño como parte fundamental de su labor evangelizadora. Llamados también conventos-fortaleza por la majestuosidad de sus proporciones, estas edificaciones constaban generalmente de las siguientes partes arquitectónicas: frente al templo, un extenso espacio abierto que formaba el atrio; el templo mismo, destinado a los servicios religiosos; el claustro, donde se localizaban habitaciones de los frailes, y la capilla abierta, en la cual se impartía el culto al aire libre cuando se congregaba a las personas en el atrio.

El ex convento de Santo Domingo de Guzmán es quizá, la construcción virreinal en pie más grande e importante de México y probablemente de toda América, debido a su valor cultural y el papel que desempeñó como centro de evangelización en el sur del país.  Santo Domingo forma parte del centro histórico de la ciudad de Oaxaca, el cual ha sido declarado patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO.

Mérida

Mérida, mejor conocida como “la Ciudad Blanca”, fue fundada en 1542 por Francisco de Montejo y León. Fue construida sobre las ruinas de la antigua ciudad de Tho y fue uno de los primeros lugares de México en ser colonizado por los españoles.

La influencia española y las raíces indígenas hacen que el lugar ofrezca construcciones con una mezcla entre antiguo y nuevo, e histórico y moderno.

El período colonial 1542 se inicia con la fundación de Mérida el 6 de enero de 1542, apegándose a las normas de urbanidad de esa época en España. El espacio se organiza de manera jerárquica a través de secciones con diferente función: plaza central, catedral, obispado, casas reales, residencia del conquistador, residencia de los vecinos y personajes más importantes de la ciudad; mientras más cerca de la traza inicial mayor jerarquía.

El inicio de un nuevo siglo se acercaba y los pueblos de Mérida comenzaron a expandirse. Localidades como San Cristóbal. En ese entonces las casas eran simples, con inspiración italiana y detalles con cantera. El cambio se dio a la llegada del Porfiriato, debido a las ideas corrientes y la arquitectura europea a nuestro país que importó el mandatario.

Una de las catedrales más antiguas de América es San Ildefonso: perfecta muestra de la arquitectura colonial de los siglos XVII y XVIII, ciertamente influenciada por las ruinas romanas que los españoles tanto añoraban.

Como pudimos observar, el termino colonial nos refiere a la época española y la adopción de pensamiento al que nuestros antepasados tuvieron que adaptarse, sin embargo, el término refiere más a los conceptos o manifestaciones en la que fueron propios de la época en la que un país colonizó a otro, por lo que el concepto no es propio de nuestro país.

En Nasher Arquitectos, nos complace presentar este tipo de contenido, ya que además de compartir un poco de datos acerca de nuestro país, también mostramos las maravillas arquitectónicas de las ciudades más representativas de la época, con todo lo que hay detrás en cuanto a cultura, historia, tradiciones y como todo influyó en la arquitectura de cada lugar.

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