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Indoor Air Quality, Un Elemento Relevante en la Ventilación de Espacios Interiores

Desde hace algunos años algunos, expertos en equipos de aire acondicionado y ventilación, así como arquitectos, desarrollaron el concepto del “Síndrome del Edificio Enfermo” un término que refiere a aquellos edificios en los que más del 20% de sus ocupantes se ven afectados por diversos síntomas como alergias, dolores de cabeza (cefaleas), problemas respiratorios, etc.

Y aunque estos efectos tienden a minimizarse, lo cierto es que provocan situaciones de falta de confort y afectan a la salud física y mental de sus ocupantes, más si son trabajadores con posibles afectaciones a su rendimiento laboral.

Hasta el día de hoy, se desconocen las causas concretas del “Síndrome del edificio Enfermo”, pero la mayoría de los expertos establecen que pudiera ser la mala calidad del aire interior de las construcciones.

Ahora, la ventilación adecuada en los espacios cerrados se convierte en un elemento fundamental debido a la crisis sanitaria mundial producida por el COVID-19, donde muchos de los conceptos y normas sociales fueron erradicadas y cambiadas por las medidas sanitarias de sana distancia, lo que conocemos como “Nueva Normalidad”.

Al conocerse que el virus se expande por medio de aerosoles, la calidad del aire en los edificios, especialmente los corporativos, cobra suma importancia en relación con los sistemas de climatización, calefacción y ventilación de los espacios.

El “Indoor Air Auality” o (por sus siglas en inglés IAQ) es un término que hace referencia a la calidad del aire en los edificios y estructuras, especialmente en lo que se tiene que ver con la salud y el confort de sus ocupantes.

De acuerdo con la norma regulatoria 62-2004 de la ASHRAE (Sociedad Estadounidense de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado), la calidad del aire interior aceptada en un espacio determinado es aquella en la que no hay contaminantes conocidos en concentraciones dañinas reconocidas por autoridades y en la que la mayoría de las personas expuestas (80% o +) no expresen insatisfacción.

Pero ¿cómo afecta esto a las personas?

Estudios demuestran que las personas respiran en promedio, 20,000 veces al día, sin embargo, la nariz solo puede filtrar las partículas más grandes, por lo que los gases o partículas de menor tamaño suspendidas en el aire son la causa principal de los problemas de calidad del aire interior, por ejemplo: aparatos de combustión en mal estado como calderas, plantas de energía, algunos materiales de construcción como acabados de madera, pinturas, alfombras, pisos, mobiliario o productos de limpieza que contengan amoniaco, olor tabaco o virus y bacterias que se contagian por la vía aérea son algunos de ellos.

Hoy, ante la crisis sanitaria y un escenario internacional incierto, se suma la preocupación por el COVID-19.

Algo que si sabemos sobre el virus SARS COV-2 es que se trata de un virus de alta propagación, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) puede durar hasta 72 horas en superficies de plástico y acero inoxidable, menos de 4 horas en superficies de cobre y menos de 24 horas en superficies de cartón.

Un estudio publicado en marzo de 2020 por el New England Journal of Medicine establece que las gotículas esparcidas al hablar, gritar, cantar, pueden llegar a permanecer en el aire hasta 30 minutos en espacios cerrados antes de caer a la superficie.

Esto significa que en la “nueva normalidad”, se pondrá muchísima más atención al funcionamiento de edificios, viviendas, sobre todo en los sistemas e instalaciones de climatización, calefacción y ventilación, dispositivos que pueden reducir las exposiciones por vía aérea.

Una buena ventilación y filtración de aire a través de los equipos de climatización, calefacción, incluida una buena ventilación (natural o mecánica) podrían disminuir de manera importante la concentración de virus aerosoles, como el SARS-COV-2, en el aire y por tanto sus riesgos de transmisión disminuiría.

Y como se ha dicho en entregas anteriores, los espacios no acondicionados a una buena ventilación también pueden propiciar estrés térmico en personas.

Este concepto de Ventilación / Aire acondicionado deberá ofrecer algunas de las siguientes características: mejorar la calidad del aire circulante (de ser posible filtrado), disminuir los posibles gases contaminantes propio de la operación del edificio, limpiar (filtrar partículas suspendidas para su eliminación); y controlar la calidad de aire, así como su temperatura.

Los edificios, sobre todos las torres y rascacielos, al no poder tener ventilación natural, dado su diseño, seguridad y características de la construcción, deberán optar por medidas complementarias para la adaptación y transformación de ambientes en entornos limpios, seguros y eficientes.

De manera similar, en un entorno escolar, un pobre Indoor Air Quality podría afectar a los estudiantes y al personal. En los estudiantes, la mala calidad del aire se ha relacionado con el ausentismo, y la agravación del asma y otras enfermedades respiratorias, así como la disminución en la atención y la productividad.

Por ello, los arquitectos deberán diseñar un interior con condiciones ambientales óptimas como determinante fundamental para un buen diseño de espacios saludables.

Muchos sistemas actuales incorporan elementos importantes que garantizan una ventilación efectiva tanto naturales como mecánicos y, por lo tanto, se consideran sistemas híbridos.

Los programas de certificación de sostenibilidad de hoy reconocen la importancia del IAQ y el aire fresco y lo han incorporado a sus especificaciones.

El programa LEED del Consejo de Construcción Ecológica de los Estados Unidos también otorga puntos por el diseño de una buena calidad del aire, pero no específicamente para la ventilación natural.

El WELL Building Standard adopta un enfoque más holístico de la calidad del aire interior, con «Air» como uno de sus siete conceptos básicos y docenas de «características» que pueden verificarse, desde la prohibición de fumar hasta el protocolo de limpieza y el control de la humedad.

Así podemos ver como este elemento cobra una nueva importancia dada las nuevas características de la “Nueva Normalidad”, espacios más naturales y con buena ventilación o enfocados a tener una ventilación a través de los estudios de viento serán fundamentales en las nuevas construcciones, ya que si bien, podría resultar muy costoso tener un sistema que filtre todo el aire de un edificio, iría en contra también de las nuevas tendencias de sustentabilidad en la construcción.

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